No sólo aseguran que se puede tener orgasmos sin tocarse ni ser tocado, también prometen curas para disfunciones como la impotencia.
La hipnosis fue utilizada por la psicología, para acceder al inconciente, revelar situaciones reprimidas y con suerte, sacar ciertos síntomas a la luz. Ahora, lejos del consultorio, algunas dominatrices usan la hipnosis para provocar placer.
Ellas hipnotizan a sus clientes y los guían a través de visualizaciones guionadas o improvisadas para vivir determinadas fantasías. Para Kasha Shakti, que vende sus sesiones hipnóticas en mp3, se trata de "una fórmula dominante/ sumiso, pero puesta en juego en el plano mental y no físico". Otra que también explota la veta hipnótica es Isabela Valentine, que promociona "orgasmos sin manos".
Cuando se dan estas relaciones de dominación, el que hipnotiza dispone del cuerpo, o de la voluntad, del hipnotizado. Para otros se trata de fantasías de transformación que se permiten sólo gracias a la desinhibición del estado hipnótico. Muchas veces son fantasías que resultarían humillantes en un estado de plena conciencia.
Pero no toda hipnosis erótica se trata de dominio y desahogos orgásmicos. También está la variante terapéutica que apunta a "destrabar" aquellos bloqueos que le impiden a alguien disfrutar. Por ejemplo, en un caso de anorgasmia, la hipnosis busca el origen del bloqueo y también el orgasmo. Se trabaja en la sensibilización de zonas corporales, aseguran que es posible activar el flujo sanguíneo devolviéndole la erección a un impotente, por ejemplo. Pero en estos casos, los guías son terapeutas profesionales.
Lo intenso de esta técnica es que el hipnotizado, siguiendo las instrucciones de su guía, sentirá físicamente lo que se le "mande" sentir. Es una experiencia mental, el cuerpo solamente descansa relajado, pero no deja de ser bien sensorial y, en este caso, sensual. En ningún caso hay contacto físico.
Por eso algunos promocionan la hipnosis erótica como una fórmula de sexo seguro (imposible contagiarse algo). Otros opinan que puede volverse adictivo, sobre todo cuando provee una experiencia que el sujeto no es capaz de experimentar despierto, por el motivo que sea.
Es una técnica polémica, pero que se está poniendo muy de moda en Estados Unidos. Sin dudas, genera mucha curiosidad.
(FUENTE: ciudad.com.ar)
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