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jueves, 25 de abril de 2024

Cómo funciona la autohipnosis para dormir, acabar con el insomnio y mejorar la concentración a partir de los 40

Las rutinas instauradas en nuestro día a día hace que, muchas veces, vivamos en piloto automático. Según afirma Alejandra Vallejo-Nágera, psicóloga y colaborada de Petit BamBou, estas acciones automáticas nos ayudan a ahorrar energía, pero al mismo tiempo nos mantienen bloqueados en creencias limitantes que no permiten desarrollar nuestro verdadero potencial. Un bloqueo mental que puede liberarse a través de la hipnosis y que ya en 1955 la Asociación Médica Británica recomendó para tratar problemas psicológicos y enfermedades psicosomáticas. Según afirma la experta, hoy día está demostrado que permite aumentar el umbral del dolor, controlar el estrés, reducir el insomnio y mejorar la concentración y la memoria.

La autohipnosis consiste en inducirse a uno mismo un estado de relajación profunda con el fin de acceder al subconsciente y modificar los patrones de pensamiento, comportamiento y emoción que nos limitan o perjudican. Esta técnica se basa en el principio de que la mente subconsciente es la responsable de gran parte de nuestra personalidad, nuestras creencias, nuestros hábitos y nuestras reacciones automáticas ante las situaciones de la vida. Al entrar en contacto con esta parte de nuestra mente, podemos reprogramarla con nuevas ideas, actitudes y respuestas.

Según Alejandra Vallejo-Nágera, al acceder al subconsciente a través de la hipnosis se puede activar la capacidad de curación y mejorar el bienestar, tanto físico como mental.

Diferencia entre la hipnosis y la autohipnosis

«En la hipnosis, la sesión se realiza en un entorno clínico y la dirige, normalmente en vivo, un profesional de la psicología. Este tipo de hipnosis está destinada a resolver casos clínicos concretos, por ejemplo, una fobia a los insectos o montar en avión. El terapeuta conoce el caso específico de su cliente y, por tanto, las sugestiones en la sesión van al grano. Básicamente, la hipnosis clínica se centra en casos clínicos que amenazan el bienestar el paciente«, aseguran desde Petit Bambou.

En realidad, según afirman Eva María Feliú Rivas y Mari Carmen Jiménez Santiago, de la Universidad de Granada, «toda hipnosis es en realidad una autohipnosis. Es decir, un hipnoterapeuta puede colaborar en guiar o inducir el trance, pero siempre es uno mismo quien está al mando. De hecho, la persona no puede hacer nada bajo trance que suponga una amenaza o un choque con sus intereses más fundamentales».

El caso de la autohipnosis es un poco diferente. Así lo explican los expertos: «La autohipnosis es una guía auditiva con un foco más genérico, que puedes realizar en casa sin la intervención de un profesional clínico y sin que sea preciso padecer un tipo de trastorno o patología. Su práctica fortalece la buena comunicación entre el cerebro consciente y el inconsciente, lo cual ayuda a tomar mejores decisiones y a resolver problemas, mejora la memoria y concentración. Igual que en una sesión hipnótica clínica, aquí también las sesiones tienen la capacidad de relajar el sistema nervioso de un modo muy profundo».

En qué consiste la autohipnosis

La autohipnosis se puede practicar de forma autónoma o con la ayuda de un profesional, un libro, un audio o una aplicación, como es el caso de Petit Bambou. El proceso suele constar de cuatro fases: preparación, inducción, sugestión y salida. Veamos en qué consiste cada una de ellas:

1-Preparación: como su propio nombre indica, en esta fase hay que realizar todos los preparativos previos a la autohipnosis en sí. Se trata de escoger el objetivo que pretendes lograr con la práctica, como puede ser gestionar una emoción o cambiar un hábito. También se debe elegir un lugar y un momento, que debe ser un ambiente tranquilo, cómodo y sin distracciones. Además, se debe formular la sugestión o lo que es lo mismo, el mensaje que se quiere transmitir al subconsciente, de forma positiva, clara y precisa.

2-Inducción: en esta fase, se debe comenzar a relajar el cuerpo y la mente para entrar en el estado de trance. El objetivo es lograr concentrarte en un solo estímulo y dejar de lado los demás pensamientos y sensaciones con el objetivo de disminuir la actividad cerebral y facilitar el acceso al subconsciente. Horacio Ruiz, presidente de la Asociación Española de Hipnosis Clásica y Ericksoniana, propone imaginar el número 100 e ir descontando mentalmente de dos en dos hasta el 0, porque contar hacia atrás se asocia con relajarse.

3-Sugestión: esta es la fase en la que se envía la sugestión al subconsciente, aprovechando que está más receptivo y abierto al cambio. Para ello, se puede usar el lenguaje, repitiendo la sugestión en voz alta o mentalmente, o la imaginación, recreando en tu mente escenas, sensaciones o emociones relacionadas con el objetivo. Lo importante es que la sugestión sea afirmativa y positiva.

4-Salida: en esta fase se trata de salir del estado de trance de forma gradual y segura. Para ello, se puede usar una cuenta atrás, una palabra clave, un sonido o una señal que indique el final de la sesión.

(FUENTE: welife.es)

viernes, 22 de marzo de 2024

Sueños lúcidos: cómo aprender a controlar lo que sueñas


Se ha demostrado que los sueños lúcidos reducen el insomnio y la ansiedad, e incluso ayudan a las personas a procesar su duelo. Pero para la mayoría de nosotros no es algo natural.

Si alguna vez te has sentido como si estuvieras en una película y viendo una película al mismo tiempo mientras soñabas, probablemente hayas experimentado el sueño lúcido. Pero puede que no supieras que se llama así, o cómo puede beneficiar a tu salud y bienestar.

En pocas palabras, un sueño lúcido es aquel en el que la persona sabe que está soñando y puede ejercer cierto control sobre el sueño u observarlo pasivamente mientras es consciente de que se trata de un sueño. Esto da al soñador la oportunidad de influir potencialmente en su vida onírica (quizá interrumpiendo conscientemente una narración nocturna para reescribir un nuevo desenlace), lo que puede ser especialmente útil para reducir la frecuencia de las pesadillas en quienes las padecen, según una investigación publicada en un número de 2023 de Encephale. La investigación también ha descubierto que participar en sueños lúcidos puede ayudar a las personas a reducir la gravedad de su insomnio, junto con los síntomas de ansiedad.

"Algunas personas que sueñan lúcidamente no quieren alterar el sueño: quieren explorar el sueño y ver qué les ofrece", señala Antonio Zadra, profesor de psicología de la Universidad de Montreal (Canadá) y coautor de When Brains Dream. "Es una forma de explorar tu propia mente y de abrir oportunidades para relacionarte con distintas partes de tu psique".

Los sueños lúcidos también tienen valor como entretenimiento, dice Benjamin Baird, neurocientífico cognitivo y profesor de investigación de la Universidad de Texas (Estados Unidos). "Es como tener tu propia forma de realidad virtual".

Historia de los sueños lúcidos

Aunque la conciencia de los estados oníricos se remonta a siglos atrás, no fue hasta 1913 cuando el psiquiatra holandés Frederik Van Eeden acuñó el término "sueño lúcido", basándose en sus propias experiencias. En las décadas de 1970 y 1980, varios investigadores, entre ellos el psicofisiólogo de Stanford (EE. UU.) Stephen LaBerge, demostraron que el sueño lúcido era un fenómeno que se producía durante el sueño REM, cuando se pedía a los soñadores que movieran los ojos siguiendo patrones distintos cuando se volvían lúcidos durante sus sueños.  

Mientras tanto, los practicantes del budismo tibetano creen desde hace tiempo que las personas pueden entrenarse para ser lúcidas mientras sueñan a través de una práctica llamada yoga del sueño.

"Todo el yoga del sueño es sueño lúcido", explica Michael Sheehy, estudioso del budismo tibetano y director de becas del Centro de Ciencias Contemplativas de la Universidad de Virginia (EE. UU.) "La diferencia es que en el yoga del sueño realizas intencionadamente técnicas contemplativas mientras estás en el sueño. Eres consciente de lo que haces mientras sueñas y haces cosas que normalmente no puedes hacer cuando estás despierto."

Estas acciones intencionadas incluyen conjurar objetos inusuales para que aparezcan en tu sueño, transformar el entorno o la ubicación del sueño, o transformar un objeto en otro, explica.

Después del sueño, "puedes experimentar flexibilidad cognitiva, darte cuenta de la facilidad con que puedes cambiar tus pensamientos y tu forma de pensar o de percibir tus circunstancias. Y puedes imaginar nuevas posibilidades, perspectivas y resultados situacionales", afirma Sheehy.

La amplitud de los beneficios

Ken Paller, neurocientífico de la Universidad Northwestern EE. UU.), afirma que no se conocen bien los fundamentos neurobiológicos de los sueños lúcidos. Pero las investigaciones preliminares sugieren que hay una mayor actividad en el córtex prefrontal del cerebro (que regula las funciones ejecutivas, como el pensamiento y la resolución de problemas, y las emociones) y en el córtex parietal, que interviene en el procesamiento y la integración de la información sensorial y la atención.

Mediante electroencefalogramas (EEG), que miden la actividad eléctrica del cerebro, los investigadores han demostrado que el sueño lúcido "constituye un estado híbrido de conciencia" con aspectos de la actividad cerebral que son características tanto de los estados de vigilia como del sueño REM.

En cuanto a los posibles beneficios de los sueños lúcidos, Baird afirma que van desde lo científico a lo personal, pasando por lo terapéutico.

"Tradicionalmente, ha sido muy difícil estudiar los sueños: se intentaba correlacionar los informes de sueños con lo que ocurría fisiológicamente en el cerebro", afirma Baird. Con las técnicas desarrolladas para inducir movimientos oculares y sueños lúcidos durante la fase REM, los investigadores pueden marcar el inicio y el final de un sueño lúcido, "lo que permite una alineación precisa con los informes subjetivos y los informes fisiológicos del cerebro, [lo que] solía ser imposible", explica.

A nivel personal, los sueños lúcidos pueden potenciar la creatividad y contribuir al bienestar de las personas ayudándolas a aprender cosas sobre sí mismas que de otro modo no sabrían. "Pueden aprender habilidades, encontrar respuestas a problemas y experimentar una transformación espiritual", afirma Paller.

Christopher Mazurek oyó hablar de los sueños lúcidos cuando estaba en el instituto e intentó durante año y medio hacerlo basándose en un libro que leyó. No fue hasta que fue voluntario en el laboratorio de Paller en 2018, como estudiante universitario en Northwestern, que Mazurek tuvo su primer sueño lúcido. El laboratorio utiliza la técnica de reactivación dirigida de la memoria, en la que se utilizan sonidos específicos para provocar un sueño lúcido mientras la persona está dormida.

Una vez que pudo hacerlo, los sueños lúcidos de Mazurek fueron especialmente curativos; sus abuelos habían fallecido recientemente y pudo hablar con ellos en sus sueños lúcidos. "Fue muy intenso y me ayudó a procesar mi dolor", dice Mazurek, que ahora es ayudante de investigación en la Universidad Northwestern; "fue una experiencia muy estimulante y gratificante".

Los sueños lúcidos también ofrecen a las personas la oportunidad de practicar sus habilidades. Las investigaciones han descubierto que practicar habilidades motoras en sueños lúcidos es una forma de ensayo mental que mejora el rendimiento posterior en deportes o juegos en la vida real.

A nivel terapéutico, se ha descubierto que los sueños lúcidos ayudan a combatir el insomnio y las pesadillas. Si alguien tiene pesadillas recurrentes y aprende a tener sueños lúcidos, puede reconocer que está soñando, que lo que está experimentando no es real y, posiblemente, cambiar el resultado del sueño. "Esto puede ser una poderosa experiencia transformadora, que les ayude a alcanzar algún nivel de resolución o curación", explica Baird.

Aprender a tener sueños lúcidos

Si no se tienen sueños lúcidos de forma natural (la mayoría de la gente no los tiene), se puede aprender a inducirlos mediante diversas técnicas, pero puede haber inconvenientes.

En un estudio publicado en la revista Sleep Advances, los investigadores examinaron y analizaron 400 mensajes en un foro de discusión sobre sueños lúcidos y descubrieron tanto efectos positivos como experiencias negativas. Por el lado positivo, muchas personas afirmaron que sus sueños mejoraban, se despertaban de buen humor y tenían menos pesadillas.

En el lado negativo, las personas declararon sentirse paralizadas (incapaces de gritar o moverse) o tener problemas para distinguir si estaban dormidas o realmente despiertas, y un sueño menos reparador.

"Algunas personas no quieren tener sueños lúcidos, sólo quieren dormir", afirma Remington Mallett, neurocientífico cognitivo del Centro de Investigación Avanzada en Medicina del Sueño de la Universidad de Montreal.

Si se decide a probar los sueños lúcidos, uno de los requisitos es recordar bien los sueños, dicen los expertos. "Si llevas un diario de tus sueños, empezarás a recordarlos mejor", afirma Mallett.

Las técnicas utilizadas para inducir sueños lúcidos tienen distintos grados de éxito y no hay una que funcione para todo el mundo. "Es una habilidad que se puede aprender, pero la gente hace que parezca mucho más fácil de lo que realmente es", afirma Zadra.

Entre las técnicas más probadas están las cognitivas, que se realizan durante el día o mientras se duerme.

Con la técnica de comprobación de la realidad, dejas de hacer lo que estás haciendo a intervalos regulares a lo largo del día y te preguntas si estás en un sueño o en la realidad, y luego vuelves a tus actividades habituales, explica Zadra. La idea es que estas "comprobaciones de la realidad" acaben incorporándose "al sueño de una persona, permitiéndole distinguir entre las realidades del sueño y de la vigilia, lo que a su vez induce la lucidez onírica", según una investigación publicada este año.

Una técnica llamada Inducción Mnemotécnica de Sueños Lúcidos consiste en ensayar un sueño durante el día y visualizar que se está lúcido mientras uno se dice a sí mismo: "La próxima vez que esté soñando, reconoceré que estoy soñando".

Con la técnica de Despertar y Volver a la Cama, la persona se pone un despertador para que suene después de unas seis horas de sueño, permanece despierta durante aproximadamente 30 minutos y luego vuelve a la cama con la intención de volverse lúcida si empieza a soñar. Otra, llamada técnica de los Sueños Lúcidos Iniciados por los Sentidos, consiste en despertarse tras unas cinco horas de sueño y cambiar repetidamente la atención entre sensaciones visuales, auditivas y físicas antes de volver a dormirse.

De estas tres técnicas, un estudio de 2023 descubrió que ensayar un sueño durante el día era la más eficaz.

Mediante un proceso de ensayo y error, puedes ver cuál te funciona mejor. O "puedes apilarlas y utilizarlas todas", dice Baird, porque pueden funcionar juntas.

Independientemente de la frecuencia, los sueños lúcidos pueden ayudar a las personas a adquirir una sensación de "agencia o control sobre el contenido de sus sueños", afirma Mallett. Lo cual es útil, añade, "porque los efectos de los sueños pueden trasladarse a la vida de vigilia".

(FUENTE: natonalgeographic.es)

Autohipnosis para la vida cotidiana: aprende a programar tu subconsciente


La autohipnosis pone ante nosotros una herramienta psicológica muy útil para favorecer cambios de conducta. Asimismo, puede ayudarnos a controlar el flujo de pensamientos negativos, a generar un mejor estado de ánimo e incluso a enfocarnos hacia determinados objetivos. Estamos ante una estrategia que vale la pena conocer e incluso utilizar en el día a día.

Cuando hablamos de hipnosis es común que al instante, surja una mezcla indefinible a medio camino entre la fascinación y escepticismo. A nuestra disposición tenemos infinidad de libros y trabajos que siguen profundizando en su utilidad y también en las limitaciones de esta técnica terapéutica. Así, a la pregunta de si realmente funciona la hipnosis cabe responder que como en cualquier clase de terapia, hay personas en las que no origina cambio alguno y pacientes que experimentan sin duda un gran beneficio.

“La mente consciente puede ser comparada con una fuente jugando en el sol y cayendo de nuevo en la gran piscina subterránea del subconsciente en que se apoya”.

-Sigmund Freud-

Si estamos interesados en el funcionamiento de la mente humana y en sus misterios, la hipnosis nos fascinará. A día de hoy resulta especialmente efectiva en el tratamiento de las adicciones, siendo sin duda una de las herramientas más comunes para dejar de fumar. Asimismo, en los últimos años son muchas las personas que usan ya la autohipnosis con un fin muy claro: programar el subconsciente para generar cambios y orientarnos hacia un logro, hacia una meta.

¿Qué es la autohipnosis?

A todos nos pasa a menudo. Cuando viajamos en metro, tren o autobús, dejamos la mirada colgada en un punto de la ventanilla y nuestra mente se escapa. No vamos a ningún sitio, sino que nos quedamos alojados en los subterfugios de nuestra mente durante un buen rato. Al poco, cuando llegamos a nuestra parada, nos despertamos desconcertados. Es como si acabáramos de salir de un trance.

La hipnosis tiene muchas similitudes con este estado. Es desconectar de la realidad para descender al sótano de nuestra mente. Y lo que hacemos durante esos momentos, puede tener sin duda un gran impacto en nuestra vida. Podemos tomar decisiones, aclarar prioridades, enfocar deseos y hasta mejorar nuestro estado de ánimo. Nos autohipnotizamos varias veces al día sin darnos cuenta.

Por otro lado, un aspecto curioso en el que no deparamos demasiado es en el siguiente. Muchas de las cosas que realizamos de forma consciente las impulsa nuestro inconsciente. Nuestros gustos, la forma en que reaccionamos ante ciertas circunstancias, nuestras inclinaciones, etc. son productos de ese sustrato inconsciente donde se contienen nuestras experiencias pasadas, la propia personalidad, nuestros instintos y automatismos, orquestando gran parte de lo que hacemos a lo largo de nuestras jornadas.

Por tanto, la autohipnosis tiene como finalidad asumir un mayor control de nuestro universo inconsciente para programarlo. Buscamos reorientar ese escenario no consciente para que nos permita generar cambios de conducta. Veamos cómo podemos lograrlo.

Técnicas para practicar la autohipnosis

Para algunas personas la mejor opción a la hora de practicar una adecuada hipnosis será sin duda entrenarse con un buen profesional. En caso de no tener tiempo, acceso o recursos económicos para recibir esta interesante formación, nos pueden ser de utilidad estas estrategias. La clave está en ser persistentes, poner voluntad y practicar a diario estos ejercicios.

Visualización

Para practicar la autohipnosis podemos disponer de nuestro estímulo de referencia: la luz de una lámpara, una lámina, un cristal o incluso un escenario creado por nuestra imaginación. Debe ser un refugio mental o un punto visual desde en el que trascender hacia dentro, hacia nuestra mente. Lo que haremos en primer lugar es poner nuestra mirada en ese estímulo y relajarnos. De las sensaciones físicas pasaremos a las mentales, hacia la relajación, la calma, el equilibrio.

Una vez alcancemos esa relajación profunda, nos repetiremos una serie de declaraciones positivas. Iniciaremos un diálogo interno donde verbalizar aquello que deseamos lograr. Por ejemplo: “voy a dejar de tener miedo a hablar en público”, “voy a estresarme menos”, “voy a encontrar a una buena pareja”… etc.

Fijación

La autohipnosis también puede conseguirse colocando la mirada en un punto que quede por encima de nuestros ojos. Basta con situar la atención en ese punto para generar poco a poco un ligero desenfoque. Así, nos sumiremos en ese trance relajado donde concentrarnos en nuestra respiración.

Una vez ahí, iniciaremos de nuevo la declaración de propósitos positivos: voy a conseguir, quiero qué, voy a lograr, estoy enfocado en…

Respiración

Otra estrategia sencilla para favorecer la autohipnosis es controlar nuestra respiración. Para ello haremos lo siguiente:

Buscaremos un lugar tranquilo. Es escenario será el que utilicemos siempre para favorecer la autohipnosis. Nuestra mente debe asociar ese sofá, ese rincón del la terraza, de la habitación, etc. como ese refugio donde nuestra mente puede relajarse para descender al subconsciente.

Una vez hayamos elegido el lugar, empezaremos a controlar nuestra respiración mediante las siguientes pautas: inspirar, retener, exhalar, vacío.

Lo ideal es repetir este ciclo entre 5 y 6 veces. Seguidamente, nos quedaremos suspendidos en ese vacío relajante, en esa nada llena de posibilidades donde hablar con nuestro subconsciente y programarlo. Una vez más le indicaremos nuestros propósitos, nuestros deseos (siempre en positivo).

Para concluir, es muy posible que estas sencillas técnicas nos recuerden a simples estrategias de relajación tan comunes en la meditación. Ahora bien, uno de los propósitos de la autohipnosis, más generar descanso o mejor atención en el aquí y ahora, es cambiar conductas, pensamientos y estados de ánimo.

El propósito de la autohipnosis como herramienta terapéutica es reemplazar declaraciones negativas por otras más positivas. Más que un ejercicio de relajación es un entrenamiento y como tal deberemos repetir estos ejercicios entre cuatro y cinco veces al día durante 5 minutos. Necesitamos ser constantes y directivos. Nadie cambia el estilo de sus pensamientos inconscientes de un día para otro; necesitamos ser perseverantes y confiar en el poder de nuestra mente.

Los cambios llegarán antes de lo que pensamos.

(FUENTE: mejorconsalud.as.com)

Qué es la intuición y cómo puedo desarrollarla, según la psicología

La Real Academia Española ofrece un par de acepciones sobre el término intuición: tanto la “facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento”, o bien la “percepción íntima e instantánea de una idea o una verdad que aparece como evidente a quien la tiene” para acercarla a un presentimiento. Albert Einstein, más pragmático, dijo que la intuición le permitía saber que estaba “en lo cierto aunque aún no sepa que lo esté".

También conocido en la jerga popular como el famoso “sexto sentido”, que se les atribuye tanto a las madres, la capacidad de ser intuitivo es inherente a la vida humana sin distinción de género o condición. Tanto es así que incluso hay métodos que permiten ejercitar la intuición para, de ese modo, ser todavía más perceptivos de lo que puede llegar a suceder.

"Creo en la intuición y en la inspiración”, concluyó Albert Einstein en una entrevista con el Saturday Evening Post en 1929. Una prueba de su creencia puede encontrarse en su notable trabajo como científico, el cual lo llevó a crear la teoría de la relatividad general y predecir en ella la existencia de los agujeros negros en el espacio; cuyas primeras imágenes se conocieron recién en 2021, 116 años antes de que fuera publicada la investigación del alemán.

Quienes han seguido los pasos científicos de Einstein entienden que en dichos trabajos hubo una mente brillante capaz de visualizar fenómenos que pocos podían entender a partir de sus razonamientos de física cuántica, pero también un componente intuitivo, dicho por el propio científico.

Qué es la intuición

El portal especializado Mundo Psicólogos pone bajo el paraguas de la intuición la capacidad del ser humano de percibir “instintivamente cuándo algo está mal o está bien”, aunque lo hace con la salvedad de que este rasgo “ha sido todo un desafío para la ciencia”.

La publicación de psicología concluye, en tal sentido, que “es un proceso psicológico que le permite al cerebro utilizar experiencias pasadas para tomar ciertas decisiones o interpretar la información externa”.

En tal sentido, cita al psicólogo Robin M. Hogarth, a quien presenta como “experto en el estudio de la intuición”, quien afirma que “las decisiones realizadas a través de la intuición suelen ocurrir de una manera tan rápida que no se registran a un nivel consciente” y que por ello “no se trata de un proceso lógico”.

“A través de la intuición nuestro cerebro subconsciente intenta reconocer, procesar y utilizar los patrones de pensamiento basados en experiencias previas o recuerdos que se parecen a aquello que queremos analizar en el presente”, se explaya el especialista británico-estadounidense nacido en la India en 1942.

En el campo sentimental también existe espacio para la intuición, que en estos casos recibe el nombre popular de “corazonada”. Desde la base científica, según Hogarth, “en la mayoría de los casos, existe un procesamiento inconsciente de la información que ayuda a realizar esta toma de decisiones tan importante a nivel emocional” Y que aun sin tener plena conciencia “de cómo se produce esta toma de decisiones”, se trata en verdad “de una mezcla entre nuestro pensamiento intuitivo y deliberado”.

La propia publicación Mundo Psicólogos ofrece una serie de acciones que permiten agudizar este sentido en una persona en el plan de intentar desarrollar la intuición.

Cómo ejercitar la intuición

Enfocarse en el presente. Estar aquí y ahora, o lo que se conoce como “estar con los pies sobre la tierra”, es clave para que aparezca la intuición en el amor o en la toma de decisiones. De ese modo, también se podrá interpretar mejor las señales que el cuerpo envía sobre experiencias pasadas que permitan avizorar el futuro.

Confiar en el instinto. Cuando se habla de “mariposas en la panza” no es una simple enunciación metafórica, porque el intestino está revestido de neuronas, tanto que se lo considera como un “segundo cerebro”. Esa sensación en el vientre puede también ser una señal intuitiva.

Descargar los pensamientos negativos. La negatividad obstruye el raciocinio y bloquea la capacidad de pensar, por lo que también frena el posible desarrollo intuitivo.

Estar en foco. Prestar atención es un valor clave pero también complicado de sostener en estos tiempos de tanta dispersión generada por la invasión tecnológica y las preocupaciones de la vida social. Atender lo que sucede alrededor permite que se abra la puerta a la intuición.

Abandonar la zona de confort. Apuntar a nuevas experiencias puede ser una clave para desarrollar la intuición, que se ve estimulada con los cambios para mejorar sus juicios.

Meditar. La meditación, y la ayuda en la concentración, puede ayudar al ser intuitivo.

Introspección. Encontrar un tiempo personal y cuidar la salud mental hará que la intuición se desarrolle mejor en tu pensamiento, ya que las capacidades cognitivas funcionan mejor al tener un buen equilibrio emocional.

(FUENTE: clarin.com)

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