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jueves, 31 de agosto de 2017

Bioenergía e hipnosis, como terapias para la salud


Como parte de la medicina alternativa, tanto la hipnosis como la bioenergía se presentan como terapias sanadoras, a las que cualquier persona puede acceder.

Cada una tiene sus características, sin embargo, el doctor Fabrizio Bassanini, médico guayaquileño ha innovado al fusionar ambas herramientas para potenciar sus efectos.

El especialista estará hoy en Cuenca realizando una ‘Terapia colectiva del dolor oculto’ como denominó a esta sesión a la que se puede asistir en grupo.

Antes de la terapia, prevista para las 19:00, el doctor Bassanini dará una charla sobre la hipnosis; posteriormente, pasará a la hipnosis colectiva y culminará con la sesión de bioenergía, al imponer la mano sobre la cabeza de los asistentes.

Bioenergía

Englobada dentro de las terapias alternativas, la bioenergía expone que la mayoría de las enfermedades del ser humano son ocasionadas por una combinación de factores físicos, mentales y la falta de energía, debido a los cuales propone una combinación de psicoterapia y ejercicios corporales para restablecer la salud.

La Bionergía es aquella que recorre el cuerpo humano y lo mantiene vivo. “Podemos decir que es la que recoge y transforma los centros de energías llamados ‘chakras’”, explicita Bassanini.

Los chakras son los encargados de transformar y adaptar la potencia que puedan tener las fuentes emisoras a las que puede soportar el cuerpo humano. 


El subconsciente

“La hipnosis es un sueño provocado para llegar al subconsciente de las personas y, de esta manera, reprogramar lo que está alterado, mientras que la técnica de la bioenergía consiste en trabajar sobre los punto bioenergéticos o chakras, ya que cada uno de estos tiene una repercusión en nuestros diferentes aspectos de la vida”, explica el especialista.

Y añade que al llegar al subconsciente se revertirá la información errónea que guarda de muchos años, incluso registrada desde cuando el individuo está en el vientre materno. Bassanini sostiene que el subconsciente no tiene tiempo ni espacio, por tanto, no distingue cuándo sucedieron los hechos.

Y sobre los chakras detalla que, con la técnica de la bioenergía se logra equilibrarlos y liberarlos. “Al aplicar las dos técnicas se produce la sanación de enfermedades, y además, se experimenta un cambio positivo en el estado emocional”, sostiene.

El profesional, con 27 años de experiencia, argumenta también que la mayoría de enfermedades son de origen psicosomático, es decir, que son el resultado de una serie de manifestaciones de amor o desamor que se registran desde pequeños. “Cada parte de nosotros guarda esa información y eso repercute y causa la enfermedad”, puntualiza.

Uso de la terapia

Esta disciplina propone una terapia que actúa de manera simultánea en dos vertientes, una verbal para lograr que el paciente reflexione sobre su problemática, creencias y actitudes que lo han llevado a enfermarse, y otra de desempeño físico que elimine tensiones, rigidez, falta de expresión corporal y baja satisfacción por vivir.

El especialista ejemplifica que es casi imposible para una persona deprimida superar su problema solo con tener pensamientos positivos, debido a que su nivel de energía es bajo y no tiene manera de sostener su esfuerzo. 

Contraindicaciones

A la fecha no se han registrado contraindicaciones para los tratamientos bioenergéticos, como tampoco hay un límite de edad o de condición física o mental.

Lo que señala Bassanini es que no es necesario que exista un padecimiento ‘notable’, ya que esta disciplina proporciona recursos para enfrentar al estrés, estado natural que, de no controlarse, genera tensión constante que perturba la salud emocional al disminuir la energía del individuo.

(FUENTE: eltiempo.com.ec)

viernes, 4 de agosto de 2017

Enigmático: el verdadero origen de la hipnosis moderna


El cerebro humano sintetiza la grandeza del hombre, un submundo lleno de energía, información, pensamientos, imágenes y recuerdos, que develan dimensiones donde se almacena el conocimiento para el despertar auténtico de cada persona. Estamos familiarizados con la mente consciente (razón y lógica), pero también confluyen dentro de nosotros el subconsciente (emoción, deseos y gustos) y el inconsciente (zona primitiva donde se almacena el aprendizaje de las generaciones). Para tener acceso a estos niveles profundos del ser, se ha empleado la hipnosis como una herramienta que permite ir más allá de lo evidente.

Las primeras manifestaciones de esta práctica se dieron entre los hombres prehistóricos, quienes a través de cantos misteriosos, bailes, ritos y palabras, llegaban a insensibilizarse del dolor, dominar el cansancio y sanar trastornos del espíritu. El término hipnosis, tiene su raíz en la mitología griega, pues hace referencia a una deidad menor llamada Hypnos (personificación del sueño) quien tenía un gemelo Tanathos (representación de la muerte no violenta), ambos eran hijos de Erebo (sombra) y de Nix (noche), estos hermanos pertenecían a las oscuridades subterráneas, por eso vivían en una cueva. Hypnos se casó con las Gracias (diosas del encanto, la belleza, la naturaleza, la creatividad humana y fertilidad) y tuvo mil hijos de los cuales Morfeo (inducía sueños donde aparecen humanos), Fobetor (generaba sueños de espanto con animales) y Fantasos (producía sueños de fantasías y seres inanimados como árboles, plantas, agua, rocas, etc.), heredaron el poder sobre la mente.

Sin embargo, en Egipto se usaban procedimientos hipnóticos con el fin de curar los males, como quedó registrado en el famoso Papiro de Harris o el Papiro de Ebers hace tres mil años antes de Cristo, un documento donde se exponen diferentes técnicas utilizada por los adivinos egipcios muy similares a las actuales. Más adelante, alrededor del siglo XVI, Teofrasto Paracelso un alquimista, filósofo, teólogo y médico suizo, aseguró que existía una relación oculta entre el universo (macrocosmos) y el hombre (microcosmos), si por alguna circunstancia esta interacción se veía afectada surgían las enfermedades, trastornos del humor o desarmonías energéticas. Fue entonces cuando a través de la estimulación de estados profundos en el hombre (hipnosis),  logró sincronizar y alinear nuevamente estos dos elementos, llamando a este método “curación por simpatía magnética”.

Influenciado por estas revelaciones, el médico Fran Antón Mesmer en 1773 renovó la técnica y la nombró “Cura Magnética”, donde por medio de la sugestión junto con imágenes e imanes, inducía a las personas a una fase alterada de la mente, mejorando los síntomas físicos y emocionales del paciente. Posteriormente, Sigmund Freud hizo uso de la hipnosis para tratar los casos de histeria y de allí surgieron también los cimientos para el psicoanálisis, pero fue Milton Erickson que sentó las bases de la psicoterapia breve a través del hipnotismo, pues consideraba que el inconsciente tenía los recursos suficientes para resolver la problemática de cada individuo.

La hipnosis es una vieja ciencia al servicio de una nueva humanidad, que se ha reinventado constantemente con el paso del tiempo, sobreviviendo a sus peores detractores. Lo que está claro es que el adecuado uso de este instrumento, permite acceder a planos intangibles del ser por medio de estados de trances profundos que al darles luz, son la clave para la transformación interior.

(FUENTE: kienyke.com)

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